domingo, 16 de febrero de 2014

Cuento Maravilloso

EL CUENTO MARAVILLOSO: SU ORIGEN Y CARACTERÍSTICAS




Más allá del esparcimiento, de la curiosidad, de todas las emociones que brindan los relatos, los cuentos y las leyendas, más allá de la necesidad de distraerse, de olvidar, de procurar sensaciones agradables o aterradoras, la finalidad real del cuento maravilloso es la exploración más total de la realidad universal.
Todorov.

Esta es una de las visiones de lo maravilloso. Junto a esta perspectiva hallamos otros enfoques para la investigación de los cuentos maravillosos:

a) El estructural, por el que el texto es diseccionado desde el punto de vista formal y estudiado a partir de funciones y actantes.

b) El religioso, que busca el mensaje ético tras cada relato.

c) El literal-histórico, que pretende conocer el pasado a partir de las circunstancias que provocaron las diferentes historias.

d) El simbólico-psicológico, quizás el más difundido, que pretende solucionar problemas a través de unos textos considerados “de formación” para niños y adolescentes.

Bruno Bettelheim (1) analiza en su libro Psicoanálisis del cuento de hadas los cuentos más populares: Blancanieves, Hansel y Gretel, La bella Durmiente, Caperucita Roja, y observa cómo estos relatos, nacidos del pueblo en épocas remotas con la finalidad de iniciar a los niños en la vida de los adultos, fueron perdiendo su valor de iniciación al entrar en la Literatura de mano de escritores como por ejemplo los hermanos Grimm (2) y Perrault (3).

La tesis de Betellheim parte de la base de que todos los cuentos maravillosos reflejan la evolución física, psíquica, intelectual y social del niño; por ejemplo, el fracaso del egocentrismo, la soledad y falta de afecto, la satisfacción del deseo (casa de chocolate) y el triunfo sobre el peligro (la bruja) ,simbolizado en el cuento “Hansel y Gretel”; el complejo de Edipo (4) en “Blancanieves”; la pubertad en “Caperucita Roja”; la rivalidad entre hermanos en “La Cenicienta”; el temor sexual en “La Bella y la Bestia” y el incesto en “Piel de asno”, un tema tabú del que todos saben algo, pero del que pocos se atreven a hablar.

Hay otros elementos que suelen repetirse en estos cuentos: salida al bosque al mundo, encuentro con antagonistas y amigos, pruebas que hay que superar para merecer la victoria y alcanzar la meta soñada. Es el camino hacia la propia realización: son acciones que simbolizan lo hitos de una trayectoria vital. El niño comprende con símbolos (5) que algún día habrá de enfrentarse solo a la realidad y de esta forma va adquiriendo seguridad. 

Mediante la identificación con el héroe avanza en su camino y se convence de que quien lucha valientemente, por pequeño y débil que sea, finalmente triunfa. Conquista, de esta manera, su meta, simbolizada en la princesa y el reino y, en término reales, en el logro de una personalidad madura, armónica, integrada en el grupo social al que pertenece.

Característica de estos relatos:

Atemporalidad: El “Había una vez...” nos remite a un mundo lejano, sin limitaciones.
Indeterminación espacial: el ambiente es también indeterminado y da lugar a la imaginación.
Acción lineal y ternaria: Acción sin retrocesos y de interés creciente. Aparecen las repeticiones triples tanto en los personajes como en las peripecias de la trama. En el cuento de “Blancanieves”, cuando ésta yace en el ataúd de vidrio que simboliza su muerte espiritual, tres pájaros acuden a llorar junto a los siete enanitos: la lechuza (pájaro de la muerte y la sabiduría), el cuervo (pájaro de Odín, jefe de las fuerzas oscuras) y la paloma (pájaro de Afrodita, de la inocencia y el amor). Los tres pájaros, aparte de constituir piezas claves en la trama del cuento, simbolizan un número mágico que también aparece en otros cuentos. El genio en Las mil y una noches concede tres deseos a Aladino; tres son las dificultades o pruebas que deben vencer los héroes de los cuentos fantásticos para liberar a la mujer amada y coronar su triunfo; tres veces la madrastra de Blancanieves visita la casa de los enanitos. El siete es otro de los números mágicos en los cuentos populares: los siete enanitos en el cuento de “Blancanieves”, quien se convierte en una niña hermosa a los siete años; siete son los colores primarios, siete los días de la semana, siete los planetas de la antigüedad, siete las virtudes, siete los pecados capitales, siete los misterios, siete las maravillas del mundo y, según el mito de creación, el séptimo día es sagrado y de descanso.
El elemento maravilloso: En estos cuentos lo sobrenatural no asombra, todo es posible a partir del “Había una vez, en un lejano país...”
Personajes esquemáticos y arquetípicos (6): en los cuentos populares, como en gran parte de los cuentos de la literatura infantil moderna, existe una dicotomía maniquea entre los personajes, cuyos atributos representan la bondad o la maldad, dependiendo del rol que se les asigna en la trama del cuento. Las fuerzas del bien están simbolizadas por el protagonista central y los personajes secundarios -el príncipe, las hadas, las palomas y los magos-, entretanto las fuerzas tenebrosas del mal están simbolizadas por los personajes -humanos y animales- que representan la insensatez, la astucia y el peligro, como es el caso del lobo feroz, los gnomos, las brujas y los ogros. He aquí algunos de esos personajes comunes, y su posible interpretación :
El Hada: representa la magia “blanca”, los espíritus sobrenaturales femeninos, la madre protectora (Hada madrina). El término Hada proviene del latín Fatum, hado, destino. El Hada protege al héroe (el príncipe) y a la niña inocente ( “La Bella Durmiente”) contra el poder destructor de la bruja o el mago.
La Bruja: representa el poder del mal que ha de ser combatido y destruido, simbolizando la parte regresiva de todo ser humano. Es la villana permanente en los cuentos de hadas. El personaje de la bruja encarna la simbología del mal, la superstición y la magia negra, y tiene una gran presencia en los relatos que, origen de muchos cuentos, se forjaron en la sociedad campesino-feudal de la Edad Media. La imagen estereotipada del cuento las define como viejas amargadas y malévolas, grandes narices y grandes verrugas en el rostro que, acompañadas siempre por su escoba y su gato negro, viven recluidas en la profundidad del bosque, donde acechan a los incautos caminantes o raptan niños para devorarlos.
El ogro: representa la maldad, la violencia ( el ogro de “Pulgarcito” degüella a sus hijas por error).
Los enanitos: Según la simbología, los enanos son los genios de la tierra y del subsuelo cuyo origen cada mitología explica a su manera; por ejemplo, los germanos los consideraban surgidos de los gusanos que carcomían al gigante Ymir. En todas las mitologías suelen ser buenos o malos, pero siempre compañeros de las hadas, y normalmente viven en grutas y cavernas de las montañas donde suelen trabajar en la minería o en el hierro. Vienen pues del mundo subterráneo, simbolizan fuerzas oscuras que están en nosotros y también pueden ser utilizados como proyecciones del inconsciente cuando ejercen de bufones críticos del poder que los tolera, porque su pequeñez física resta entidad a sus burlas. Frecuentemente, cuando son enanos forestales, enanitos del bosque, aparecen como entes protectores o cabiros con la capucha en la cabeza, símbolo de invisibilidad y de poderes que constituyen la reserva espiritual de la humanidad. En ocasiones se ve al enano como el monstruo guardián del tesoro o del secreto.
Animales humanizados: los animales poseen características humanas, a veces son producto de una metamorfosis, como el príncipe que se convierte en sapo. El lobo es el animal salvaje que más veces aparece como villano en los cuentos. ( “Caperucita”, “Los tres cerditos” ) : simboliza el miedo a la noche, a la oscuridad, la animalidad integrada en la condición humana.
La madrastra: representa la destrucción de la vida familiar , la pérdida de la seguridad que ampara al niño. Su intervención en el cuento siempre da lugar a la aparición de la heroicidad en el niño o la niña desamparado. El narcisismo de la madrastra de Blancanieves está simbolizado por el espejo mágico. En el cuento de Blancanieves hay dos términos sugerentes que han tratado de ensamblar simbolistas y psicoanalistas: la madre o madrastra temerosa de que el crecimiento y la belleza de su hija eclipse la suya y termine por sustituirla y la relación de la muchacha con los enanitos del bosque, en este caso enanitos benefactores. Aunque sea cuestión marginal, es digno de observación que la madrastra o mala madre de Blancanieves lucha contra su competidora no para conservar a un hombre concreto, dentro de la tradición conservadora de los cuentos de hadas, sino para satisfacer su propio narcisismo, para seguir siendo «...la más bella de todas las mujeres».
El rey y la reina: simbolizan a los padres.
La princesa y el príncipe: simbolizan generalmente a la niña mimada, inútil y caprichosa que ha de ser protegida por el héroe, el príncipe, quien ha de luchar contra el villano o contra la adversidad para obtenerla como premio.
Pero las estructuras sociales cambian , surgen entonces nuevos héroes y nuevos villanos, más acordes con el pensamiento del hombre de ciudad. El turbulento Siglo XX proporciona al cuento un nuevo elemento de heroicidad : el componente bélico. La influencia americana propone nuevos villanos, personalizados en japoneses y alemanes contra los que el héroe ha de luchar para defender la libertad del mundo. Y los superhéroes : dotados de poderes sobrenaturales, seres mutantes defienden la tradición y los valores de la sociedad americana enfrentándose a los nuevos malvados : monstruos deformes y malvados científicos cuya obsesión es conquistar el mundo. Superman, Spiderman, Batman, X-man, y tantos otros mutantes son los nuevos protagonistas del cuento infantil. Se enfrentan al villano con tanta violencia como les permiten sus artilugios de laboratorio : sus aventuras son pura ciencia-ficción, no obstante, son el fiel reflejo de una sociedad que se mueve vertiginosamente hacia el futuro, que ha cambiado las noches del cuentacuentos a la luz de las velas por el individualismo ante la televisión, las prisas y el stress.

Escritoras contemporáneas como Ana María Shua y Luisa Valenzuela han revisado algunos conocidos cuentos de hadas para ofrecer una lectura lúdica, fresca y rebelde de los mismos. En la mayoría de los casos, los finales se presentan abiertos y el humor ocupa un papel fundamental, ya que despoja a la historia de solemnidad y contribuye al distanciamiento del lector. 

Daremos dos ejemplos: 

Blancanieves y el príncipe se refugian en la casita del bosque. La Reina mala está vieja y aburrida y de vez en cuando la visita su hijastra que es ahora una mujer de cierta edad y a quien el espejo mágico le dice ahora que las hay más bellas. (El espejo es malvado pero no miente.) Los enanos se separaron y escriben desde países lejanos y diversos. Ana Maria Shua

Somos Blancacienta y Ceninieves, un príncipe vendrá si quiere, el otro volverá si vuelve. Y si no, se la pierden. Nosotras igual vomitaremos el veneno, pisaremos esta tierra con paso bien calzado y seguro . Luisa Valenzuela

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